Esta no fue escrita para ser leída en voz alta. Nació en silencio, en uno de esos momentos donde las palabras simplemente necesitan existir. Quedó guardada, como tantas otras, en ese lugar donde va todo lo que no sabemos cómo decir, donde va todo lo que no sabemos cómo decir. Pero hay silencios que, con el tiempo, se vuelven voz. Y hoy deja de ser mía para convertirse en tuya Lo que el tiempo no pudo borrar. Borrar. Cada historia de amor tiene un principio Ese instante en el que todo parece encajar, como si el universo jugara a unir dos vidas que estaban destinadas a encontrarse. La nuestra comenzó así Risas que llenaban el aire, miradas que parecían revelar secretos Y promesas que juramos guardar para siempre. Pero no todas las historias siguen el guión que soñamos. La nuestra no terminó con palabras finales. Terminó con un vacío que aún me acompaña. El tiempo, el tiempo ha seguido su curso dejando marcas en mi piel y en mi cabello. Ahora las arrugas cuentan historias de los años que han pasado y las canas son testigos blancos silenciosos del peso de los días. Pero a pesar del paso inclemente del tiempo, lo que siento por ti permanece intacto. Sigues tan presente como siempre en todos mis pensamientos. Intento convencerme de que ya no te extraño, de que todo está bien, pero eso sería mentirme de que todo está bien, pero eso sería mentirme. Dentro de mí hay un espacio que ninguna otra experiencia ha podido llenar. De qué sirve buscar otros besos si ninguno sabe como los tuyos? por qué perderme en otras miradas si sé que ninguna tendrá la profundidad de tus ojos, ese verde que me atrapaba? cómo podría acariciar otra piel cuando ninguna tiene? el calor que conocí me lleva de vuelta a ti. Cada paso, cada rincón, cada instante parece guardar huellas de lo que fuimos. Hay días en los que, al llegar a casa, no puedo evitar pensar en cómo era cuando estabas ahí, esperándome Abrir la puerta y encontrarte. Simplemente eso bastaba para que cualquier preocupación del día se desvaneciera, porque en tus brazos el mundo se detenía y nuestra casa se convertía en un refugio donde nada malo podía alcanzarnos. nada malo podía alcanzarnos. Desde que te fuiste, no he cambiado absolutamente nada. Todo está como lo dejaste los muebles, los cuadros, incluso las flores secas que alguna vez elegiste para nuestra mesa. Ni siquiera cambié las cerraduras, porque en el fondo mesa. Ni siquiera cambié las cerraduras, porque en el fondo mantengo la esperanza de que algún día uses esas mismas llaves, cruces la puerta y todo vuelva a ser como antes. Sin embargo, la realidad pesa más cada día. Estás en cada sombra, en cada rincón de esta casa.

Las paredes parecen que guardan tu risa, tus palabras, incluso tus manías, porque decías que el aroma de mi piel te hacía sentir cerca y te gustaba secarte con mi olor, o las noches en las que te despertabas asustada y buscabas mis brazos para encontrar nuevamente la paz. Tu ausencia es Dios mío, es una herida abierta. Dejaste un espacio enorme, arrasando todo Con la alegría de mis días. Te llevaste tanto. Te llevaste tanto mis sueños, mi esperanza, mi vida. Lo que antes era luz, ahora es solo un paisaje gris donde los días se arrastran sin propósito.

A veces me pregunto ¿dónde estarás?

¿Habrá alguien más que haya tenido el privilegio de amarte como yo lo hice? me atormenta imaginar que alguien, alguien más comparte tus noches, que alguien más ha llegado a conocer los secretos que compartimos. y cuando creo verte en la calle, un pánico me invade. No puedo ni siquiera enfrentar la posibilidad de que otro ocupe el lugar que una vez fue mío. Y aquí estoy escribiendo estas palabras como un último intento de cerrar un capítulo que nunca quise terminar. Me miro al espejo y veo el reflejo del tiempo que ha pasado arrugas que no existían, un cabello que ahora lleva rastros de plata. Pero aunque todo en mí haya cambiado, lo que siento por ti sigue siendo tan fuerte como el primer día, como ese primer día que mis ojos se juntaron con los tuyos.

Sé que no puedo retenerte en mi vida, que lo que fuimos ya quedó atrás, pero eso no cambia lo que siento. Fuiste más que un episodio, fuiste mi historia completa, el capítulo eterno que nunca dejaré de releer. Hoy cierro estas páginas con el peso de una verdad que me descarra Los sueños que construimos juntos se han perdido en el abismo del tiempo. Pero también lo hago con la certeza de que tu ausencia nunca será capaz de arrancarte de mi alma. Aunque el maldito mundo siga girando y todo a mi alrededor se transforme, mi amor por ti desafía las leyes del tiempo y del olvido, porque tú no solo marcaste mi vida, la definiste, y en cada rincón de lo que soy tu nombre sigue resonando como un eco eterno, inquebrantable e inmortal. Marcaste mi vida para siempre y nunca, nunca podré olvidarte.