CIRCULOS INFINITOS

Bajo otros cielos

VIDAL ESTEVEZ Season 1 Episode 1

El desgarrador pero esperanzador viaje de abandonar la tierra que nos vio nacer marca el alma de formas inesperadas. En este episodio inaugural de Círculos Infinitos, exploramos las profundas dimensiones emocionales de la migración – ese acto que va mucho más allá de cruzar fronteras físicas.

Comparto desde el corazón cómo la nostalgia se manifiesta en los momentos más inesperados: durante celebraciones familiares a distancia, al escuchar el himno nacional en tierra extranjera, o en esas noches de fin de año donde los recuerdos de infancia nos desarman completamente. Revelo la dualidad de vivir entre dos mundos – ese sentimiento de "tiempo prestado" donde el único verdadero hogar siempre será donde nacimos.

Reflexionamos sobre el proceso de adaptación como un acto de transformación constante, donde nuestras raíces no son simples recuerdos sino anclas esenciales que nos sostienen durante las tormentas emocionales. El dominio del idioma adquiere un significado completamente nuevo cuando se convierte en nuestra herramienta para construir pertenencia, para conectar profundamente en un entorno extraño.

A pesar de los desafíos, descubrimos que cada obstáculo superado revela fortalezas interiores que desconocíamos. Los prejuicios enfrentados con nobleza, la determinación ante la adversidad, y la esperanza inquebrantable iluminan nuestro camino. Concluyo con un mensaje poderoso para quienes siguen esta senda: sueñen en grande, construyan su legado, y recuerden que la verdadera riqueza está tanto en el camino recorrido como en los sueños aún por conquistar. El futuro está al alcance – atrévanlos a construirlo. ¿Te has sentido alguna vez como un extranjero, incluso en el lugar que llamas hogar? Comparte tu experiencia y acompáñame en este viaje bajo otros cielos.

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Speaker 1:

Hay encuentros que no se planean y aún así suceden en el momento exacto. Tal vez vas caminando rumbo al trabajo o regresando a casa, tal vez estás en plena noche sin poder dormir, o quizás el mundo sigue girando y solo necesitas un respiro. Sea como sea, gracias por estar aquí. Un respiro, sea como sea, gracias por estar aquí Hoy. Lo dejo ir con nervios, con ilusión y con un profundo agradecimiento a Dios y a la vida por la oportunidad de hacer algo que amo. Quise iniciar este viaje con Bajo Otros Cielos porque, al igual que este espacio habla de comienzos, habla de esperanza, de esos momentos en los que se elige avanzar sin certezas, pero sabiendo que quedarse ya no es opción. Son esas decisiones las que transforman, incluso cuando no sepamos del todo hacia dónde nos llevan. Gracias a quienes creyeron en mí e impulsaron este salto con cariño, con su apoyo y sus críticas sinceras, a veces muy sinceras Ustedes saben muy bien quiénes son. A mis padres, que fueron y siempre serán mis héroes, los únicos responsables de que hoy esté frente a este micrófono, porque fueron quienes me enseñaron a soñar y a perseguir con el alma cada uno de esos sueños. A mis hermanas y a mi familia, que han sido un abrigo constante, y a mis hijos, que son mi raíz, mi motor y el aire que respiro. A ustedes les dedico con todo mi amor la totalidad de este proyecto. Crear Círculos Infinitos ha sido, desde el principio, un acto de esperanza, la esperanza de que, entre tanto ruido, este espacio te regale algo que se quede contigo, algo que te acompañe, que te aporte y que deje una huella positiva en tu vida Y, sobre todo, que despierte reflexión, que invite a mirar distinto, a hacer una pausa y a conectar con lo que realmente importa. Y ahora sí, te invito a escuchar. Bajo Otros Cielos. Gracias por estar aquí. La vida, como un inmenso lienzo, nos desafía con decisiones que transforman nuestra esencia. Entre las más profundas está dejar atrás la tierra que nos vio nacer. Dejar atrás la tierra que nos vio nacer, un acto que va más allá de lo físico, desgarrando las fibras más íntimas del alma. Abandonar nuestra tierra natal es más que partir es desprenderse de una parte de nosotros mismos, es decir adiós a los paisajes que fueron testigos de nuestros primeros pasos, a los cielos que guardaron nuestros sueños más inocentes, a las voces que nos brindaron consuelo en momentos de duda y a los recuerdos que ahora se esconden como sombras en cada lugar que visitamos, como sombras en cada lugar que visitamos, como marineros a la deriva, anhelamos un puerto que calme la ausencia de aquello que dejamos atrás, en los momentos en que la nostalgia se hacía insoportable. Dudé, dudé de mi decisión de cruzar fronteras. Dudé, dudé de mi decisión de cruzar fronteras. La comparación constante entre una vida de certezas y logros pasados y esta nueva etapa, llena de comienzos inciertos, de alguna manera me paralizaba. Pensé, soñé con regresar, con escapar de lo desconocido, pero fue solo al cerrar con valentía ese capítulo que aprendí a avanzar. Entendí que aferrarme al pasado no me permitía crecer, que solo abrazándolo nuevo, por más arduo que fuera, encontraría mi verdadero lugar. Aunque ya era bilingüe al llegar aquí, el idioma adquirió un nuevo significado en mi vida. No se trató solo de hablar o entender, sino de conectar, de construir un sentido de pertenencia en un mundo que me resultaba totalmente extraño. Cada conversación, cada expresión que hacía mía se convirtió en un paso hacia una comprensión más profunda de mi entorno y también de mí mismo. Y entre rostros desconocidos, aprendí que, más allá de las palabras, existe un lenguaje universal que nos une a todos El lenguaje del corazón. Adaptarse no es simplemente aceptar lo nuevo, es un acto de transformación, es reinventarnos constantemente, entrelazando nuestras raíces con los recuerdos de un futuro que aún seguimos moldeando día por día. Las raíces son mucho más que un recuerdo. Son nuestra esencia, el ancla que nos sostiene en las tormentas, nos conectan con nuestras tradiciones, con nuestra historia y los valores que nos forman. Reservarlas no es simplemente mirar al pasado, sino llevarlo con nosotros como guía y como nuestra fortaleza En los momentos de incertidumbre. Esas raíces nos recuerdan que somos parte de algo más grande que nuestra identidad está forjada por un legado que merece ser honrado. Nadie realmente comprende lo que significa vivir en el extranjero hasta que, en un día de las madres o un día de los padres, lloras solamente con la idea de estar con tu padre o con tu madre, con abrazarlos, con decirles te quiero, pero estás lejos. Estás lejos y aunque tus corazones estén cerca, la distancia es enorme. Hay que estar en el extranjero para entender lo que se siente cuando escuchas tu himno nacional en una tierra lejana. Cómo es que te revuelve tu interior y te trae tantos recuerdos, todos a la vez. Nadie comprende, a menos que esté en nuestros zapatos, lo que se siente a medianoche de año nuevo, cuando te sorprende, con lágrimas en los ojos, en ese instante, los recuerdos de tu infancia, de los amigos de siempre, de tu familia y de las costumbres que te definieron se agolpan con una forma que realmente desarma. Vinieron se agolpan con una forma que realmente desarma. Llamamos hogar al país que nos recibe, pero nunca lo es por completo, porque el único lugar que realmente nos pertenece es donde nacimos. Vivimos en un tiempo prestado, sin captar del todo el verdadero sentido de pertenencia, hasta que volvemos a pisar esa tierra amada, donde finalmente sentimos que hemos regresado a casa, que comprendemos quiénes somos realmente Y cuando regresamos, aunque sea solo de vacaciones, el corazón se llena de alegría al reconectar con todo lo que alguna vez fue cotidiano. Pero esa alegría se entremezcla con el dolor de tener que partir de nuevo, dejando atrás no solo un lugar, sino una vida cargada de recuerdos. Aún así, nos aferramos a ellos porque esos recuerdos son el hilo invisible que nos mantiene conectados con nuestra identidad, con el hogar que siempre nos espera. Sin embargo, este camino no ha estado exento de sombras. Afrontamos los prejuicios con la nobleza de quienes saben que su valor no lo dicta la ignorancia ajena, sino la riqueza de su ser. Cada acto de resistencia, cada paso firme reafirma nuestra libertad para ser auténticos, vivir con integridad y mantenernos fieles a quienes somos. Y aunque el trayecto haya sido arduo. Las dificultades superadas han revelado una grandeza interior que yo mismo desconocía. Desconocía He aprendido que en los momentos más oscuros, la determinación y la esperanza iluminan el camino, abriendo senderos hacia un futuro lleno de promesas. En este viaje he descubierto fuerzas que nunca imaginé y comprendí que cada desafío es una oportunidad para crecer, reafirmar nuestro propósito y construir algo más grande que nosotros mismos. Que nuestra travesía sea una inspiración para quienes buscan un nuevo comienzo, recordándoles que, con esfuerzo y con gratitud, incluso los sueños más distantes pueden hacerse realidad. A los que siguen nuestros pasos les decimos sueñen en grande, porque el mundo necesita su valentía y su visión. Sepan que cada lucha está forjando un legado que transformará no solo sus vidas, sino también las de quienes los rodean, sino también las de quienes los rodean. Miren al horizonte con confianza y convicción, sabiendo que cada paso que den, aunque desafiante, los acerca a un destino lleno de posibilidades. Que su viaje esté guiado por la pasión y el orgullo de sus raíces, recordando siempre que la verdadera riqueza está en el camino recorrido y en los sueños aún por conquistar. Con cada esfuerzo, están escribiendo una historia de resiliencia y esperanza, una historia que inspirará a generaciones venideras a seguir soñando, a seguir avanzando sin rendirse jamás. El futuro está a su alcance. Atrévanse a construirlo.